Cuando se trata de cuidar nuestro cuerpo entiendo que lo que menos se nos pasa por la cabeza es lo que no vemos, y ahí entra nuestra gran aliada, nuestra microbiota intestinal. Saber elegir qué alimentos darle es necesario.

La dieta mediterránea: el mejor aliado para tu microbiota
La dieta mediterránea: el mejor aliado para tu microbiota
En un mundo donde las dietas cetogénicas y otras modas alimenticias han ganado protagonismo, es fácil olvidar la importancia de una alimentación equilibrada y rica en nutrientes como la dieta mediterránea.
Este estilo de alimentación, basado en verduras frescas, frutas, legumbres, pescado, frutos secos y aceite de oliva, es perfecto para nutrir a tus bacterias intestinales. Los prebióticos, esas fibras no digeribles que encontramos en las frutas, las legumbres y los cereales integrales, son el alimento predilecto de la microbiota.
Sin embargo, hay algo que es importante aclarar: no es necesario eliminar el gluten ni los hidratos de carbono de tu dieta si no padeces de enfermedades específicas como la enfermedad celíaca. El gluten no tiene un impacto negativo en la microbiota de una persona sana (siempre que no se abuse), y alimentos como el pan, la pasta o las levaduras son perfectamente válidos para alimentar a tus bacterias intestinales. Ahora bien, si tienes candidiasis u otro tipo de disbiosis que pueda empeorar con estos alimentos, es fundamental ajustar tu dieta de la mano de un profesional.
¿Qué son los prebióticos y dónde encontrarlos?
Los prebióticos son fundamentales para alimentar las bacterias beneficiosas del intestino. Entre los alimentos ricos en prebióticos encontramos:
- Almidón resistente: presente en alimentos como el arroz o las patatas cuando se enfrían después de cocinarlos. Si quieres aprender a prepararlo correctamente, te invito a leer este artículo sobre almidón resistente.
- Legumbres: no solo son una gran fuente de proteínas vegetales, sino que también aumentan su contenido en prebióticos cuando las consumes al día siguiente de cocinarlas.
- Verduras como el ajo, el puerro o los espárragos: ricas en inulina, una fibra prebiótica.
Fermentados: los superhéroes del intestino
Los alimentos fermentados, como el kéfir, el chucrut, el miso y el yogur natural, son auténticos salvavidas para tu microbiota. Son ricos en probióticos, microorganismos vivos que ayudan a equilibrar las bacterias intestinales y promueven una mejor digestión.
Sin embargo, si tienes SIBO o disbiosis, es posible que algunos de estos alimentos no te sienten bien. No te preocupes, eso no significa que sean malos para tu microbiota, sino que puede haber un desequilibrio que requiera atención profesional. En estos casos, lo ideal es buscar ayuda de un especialista para adaptar tu alimentación y tratamientos.

El impacto de la vida moderna en nuestra microbiota
Un dato fascinante: estudios recientes han analizado la microbiota de tribus alejadas de la civilización y la han comparado con la de quienes vivimos en entornos urbanos. Los resultados muestran que esas tribus conservan bacterias intestinales que nosotros hemos perdido debido a la contaminación, el uso excesivo de antibióticos, los alimentos ultraprocesados y el estrés.
Esto es un recordatorio de que, aunque nuestra vida moderna tiene sus ventajas, también nos invita a tomar medidas conscientes para proteger y mejorar nuestra microbiota.
Pero no todo es blanco o negro
Aunque es cierto que alimentos como las verduras, los fermentados o el almidón resistente son ideales para la microbiota, no debemos olvidar que cada persona es un mundo. Si sufres de intolerancias, gases o incomodidades, es posible que necesites un enfoque personalizado. ¡Escucha a tu cuerpo!
Alimentos para empezar a cuidar tu microbiota
Si quieres mejorar tu salud intestinal, aquí tienes una lista de alimentos ideales:
- Verduras crucíferas (como el brócoli y la coliflor): ricas en fibra y antioxidantes.
- Frutas como plátanos y manzanas: ideales para un snack saludable y prebiótico.
- Frutos secos y semillas: como las almendras y las semillas de lino, que aportan grasas saludables y fibra.
- Cereales integrales: como la avena, que no solo alimenta tu microbiota, sino que también regula el tránsito intestinal.
- Hidratos de carbono complejos: como panes integrales o arroces, necesarios para mantener un equilibrio en la microbiota, siempre y cuando no tengas una condición médica que lo impida.

Cuidar lo que no vemos también importa.
Citas y referencias
Importancia de una dieta equilibrada para la microbiota intestinal
Referencia: Rowland, I., et al. (2018). Gut microbiota functions: Metabolism of nutrients and other food components. European Journal of Nutrition.
Enlace: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/29460220/
Efectos de los probióticos y prebióticos
Referencia: Gibson, G. R., et al. (2017). The concept of prebiotics revisited. Gut.
Enlace: https://gut.bmj.com/content/66/6/1014
Relación entre la dieta y la microbiota en sociedades modernas y tribales
Referencia: Schnorr, S. L., et al. (2014). Gut microbiome of the Hadza hunter-gatherers. Nature Communications.
Enlace: https://www.nature.com/articles/ncomms4654
Dieta mediterránea y microbiota intestinal
Referencia: De Filippis, F., et al. (2016). Mediterranean diet impacts gut microbiota. Gut.
Enlace: https://gut.bmj.com/content/65/11/1812
Impacto del almidón resistente en la microbiota
Referencia: Zhang, L., et al. (2013). Resistant starch and gut microbiota modulation: Evidence and applications. Food Science & Human Wellness.
Enlace: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S2213453013000055
Efectos de una microbiota desequilibrada en enfermedades
Referencia: Tilg, H., & Moschen, A. R. (2014). Microbiota and diseases: From obesity to organ dysfunction. Gastroenterology.
Enlace: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/24975425/
Alimentos fermentados y su impacto en la microbiota
Referencia: Marco, M. L., et al. (2017). Health benefits of fermented foods: Microbiota and beyond. Current Opinion in Biotechnology.
Enlace: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/28622821/
Relación entre el consumo de gluten y microbiota intestinal
Referencia: Biesiekierski, J. R., et al. (2013). Non-celiac gluten sensitivity: Piecing the puzzle together. The American Journal of Gastroenterology.
Enlace: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/24026574/
- –Descubre más sobre tu microbiota en estos artículos:
- –Qué es la microbiota intestinal
- –Qué es la disbiosis intestinal
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