Qué es el SIBO de sulfuro de hidrógeno
El SIBO de sulfuro de hidrógeno es un tipo de sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado que genera un gas extremadamente irritante: el sulfuro de hidrógeno (H₂S). Aunque menos conocido que otras variantes del SIBO, como el de metano, este tipo está asociado con síntomas más intensos y una mayor complejidad para su tratamiento.
En este artículo profundizaremos en los síntomas, causas, diagnóstico y tratamiento de este tipo de SIBO, integrando mi experiencia personal y los estudios más recientes. Como ya os he comentado en otros artículos, entender la raíz del problema y actuar de manera integral es clave para una recuperación efectiva.

Síntomas del SIBO de sulfuro de hidrógeno
Los síntomas del SIBO de sulfuro de hidrógeno pueden variar ampliamente de una persona a otra, lo que lo hace difícil de identificar. Entre los más comunes se encuentran:
- Diarrea persistente o alternancia entre diarrea y estreñimiento.
- Hinchazón abdominal y gases con un olor característico y desagradable.
- Fatiga crónica y dificultad para concentrarse.
- Reflujo ácido que no responde a antiácidos.
Las últimas investigaciones han vinculado el sulfuro de hidrógeno con fibromialgia y reflujo ácido. Esto se debe a que este gas no solo irrita la mucosa intestinal, sino que puede viajar hacia el esófago, causando un reflujo intenso. En mi caso personal, mi único síntoma era un reflujo ácido constante que no se calmaba con absolutamente nada. Nunca había sentido algo tan molesto; no era causado por alimentos, sino por el gas producido por el sobrecrecimiento de bacterias sulforedutoras.
Diagnóstico del SIBO de sulfuro de hidrógeno
Aunque el test de aliento es la herramienta más común para diagnosticar SIBO, puede no ser suficiente en el caso del sulfuro de hidrógeno. Este tipo de SIBO requiere métodos más específicos, como:
- Test de microbiota del laboratorio Xenogene: Este análisis se realiza mediante una prueba de heces que no mide una curva de gases, sino que evalúa directamente la microbiota intestinal. Es ideal para identificar qué bacterias están sobrecrecidas y cuáles necesitan ser reforzadas. Muchas veces, un SIBO de sulfuro puede estar relacionado con una disminución de bacterias protectoras, como los Lactobacillus.
- Análisis de síntomas: La combinación de diarrea, gases irritantes y reflujo ácido no relacionado con alimentos es un indicio clave.
El SIBO de sulfuro de hidrógeno sigue siendo el más desconocido y difícil de tratar, en parte debido a la falta de estudios suficientes y también por la resistencia de las bacterias sulforedutoras, que son más complejas de erradicar.
Relación entre el sulfuro de hidrógeno, metano y candidiasis
Las bacterias sulforedutoras y las arqueas metanogénicas compiten por el hidrógeno como fuente de energía. Esto implica que tratar un tipo de SIBO puede provocar un aumento del otro si no se maneja correctamente. Por ello, es importante:
- Controlar la producción de hidrógeno: Ajustar la dieta FODMAP para reducir los alimentos fermentables que generan este gas.
- Evitar tratamientos agresivos: En casos leves, a veces basta con modificar la dieta para equilibrar estos gases.
Además, el sulfuro de hidrógeno está relacionado con la candidiasis intestinal, ya que las levaduras como la Candida generan gases fermentables al metabolizar hidratos de carbono, lo que alimenta indirectamente a las bacterias sulforedutoras. Esto hace que la combinación de candidiasis y SIBO sea especialmente difícil de tratar. Puedes encontrar más información sobre este tema en este otro artículo que enlazaré.
Tratamiento del SIBO de sulfuro de hidrógeno
El tratamiento para este tipo de SIBO debe ser personalizado y abordar tanto el sobrecrecimiento como las condiciones asociadas. Mis recomendaciones incluyen:
- Dieta baja en FODMAP:
Es fundamental reducir los alimentos fermentables que generan hidrógeno, ajustándola según los síntomas y tolerancias. - Herbáceos sobre antibióticos:
Prefiero los tratamientos herbáceos, como el extracto de ajo y el orégano, ya que son menos agresivos para la microbiota. Sin embargo, en casos graves o por razones de tolerancia o economía, los antibióticos pueden ser necesarios. - Recuperación de la permeabilidad intestinal:
- Utilizar suplementos como glutamina y zinc carnosina.
- Introducir prebióticos y probióticos específicos tras el tratamiento para restaurar la barrera intestinal.
- Test de seguimiento:
Utilizar herramientas como el análisis de microbiota para verificar el equilibrio bacteriano después del tratamiento.
¿Por qué es importante tratar la permeabilidad intestinal?
El SIBO de sulfuro de hidrógeno es uno de los que más afecta la permeabilidad intestinal. Estas bacterias sulforedutoras dañan la barrera intestinal, lo que permite el paso de toxinas, fragmentos de alimentos y bacterias hacia el torrente sanguíneo, desencadenando inflamación sistémica y otros problemas de salud.
Es crucial tratar la permeabilidad intestinal para evitar recaídas y problemas adicionales. Esto puede abordarse durante el tratamiento o inmediatamente después. La recuperación de la barrera intestinal es tan importante como el tratamiento del SIBO en sí, algo que también sucede con la candidiasis intestinal (puedes leer más en este otro artículo que enlazaré).
Alimentos altos y bajos en azufre: Cómo manejar el SIBO de sulfuro de hidrógeno
Estos alimentos son ricos en compuestos sulfurados, como la metionina y la cisteína, que las bacterias sulforeductoras utilizan como combustible:
- Vegetales crucíferos: Brócoli, coliflor, repollo, coles de Bruselas, pimientos.
- Alimentos proteicos: Huevos (yema), carnes rojas, pescados grasos como el salmón.
- Lácteos: Quesos maduros, leche entera.
- Otros: Ajo, cebolla, espárragos, dátiles, albaricoques secos.
Lista de alimentos bajos en azufre (recomendados)
Estos alimentos son más seguros para evitar un aumento del sulfuro de hidrógeno en el intestino, pero siempre teniendo en cuenta la tolerancia individual:
- Vegetales no crucíferos: Calabacín, zanahoria, lechuga, envídia.
- Frutas frescas: Plátanos maduros, arándanos, fresas, granadas.
- Proteínas ligeras: Pechuga de pollo, pescados blancos (bacalao).
- Grasas saludables: Aceite de oliva virgen extra, aguacate (en moderación).
Importancia de controlar el hidrógeno y el azufre en el SIBO
La relación entre el hidrógeno y el sulfuro de hidrógeno
Las bacterias sulforeductoras utilizan hidrógeno como base para producir sulfuro de hidrógeno. Por eso, además de limitar los alimentos altos en azufre, también es importante seguir una dieta baja en FODMAP. Los FODMAP son carbohidratos fermentables que generan grandes cantidades de hidrógeno durante su digestión, alimentando indirectamente a las bacterias sulforeductoras.
Candidiasis intestinal: Un obstáculo frecuente
La candidiasis intestinal es otra condición que complica la gestión del SIBO de sulfuro de hidrógeno (como fue mi caso). Las levaduras como Candida generan gases fermentables cuando metabolizan hidratos de carbono, lo que aumenta la producción de hidrógeno y alimenta aún más a las bacterias sulforeductoras. Esto crea un círculo vicioso difícil de romper sin abordar ambas condiciones simultáneamente.
«El papel del sulfuro de hidrógeno en la microbiota intestinal es tanto fisiológico como potencialmente tóxico (Furne et al., 2001).»
Mis recomendaciones prácticas
- Adapta tu dieta FODMAP: Usa esta dieta como base, pero personalízala según tus síntomas y tolerancias.
- Modera los alimentos altos en azufre: No es necesario eliminarlos por completo, pero reducir su consumo ayudará a controlar los síntomas.
- Aborda las condiciones asociadas: Si tienes candidiasis intestinal, es crucial tratarla junto con el SIBO para evitar recaídas, y con tratamientos herbáceos es posible tratar ambas condiciones.
Para una guía más detallada sobre la dieta FODMAP y menús específicos adaptados al SIBO, te invito a consultar este artículo completo (enlace aquí). Además, en otros artículos de esta web hablo sobre las mejores estrategias para abordar la candidiasis intestinal y su relación con el sulfuro de hidrógeno.

No estás solo en este camino. Con conocimiento y un plan bien estructurado, puedes recuperar tu bienestar intestinal y general.
El SIBO de sulfuro de hidrógeno es uno de los retos más complejos dentro de las disbiosis intestinales, pero no es imposible de tratar. Con un enfoque adecuado que combine dieta, tratamiento herbáceo y cuidado de la permeabilidad intestinal, es posible mejorar significativamente los síntomas y prevenir recaídas.
Si quieres conocer más detalles sobre mi experiencia personal con este tipo de SIBO y las estrategias que utilicé para enfrentarlo, te invito a leer este artículo completo (enlace aquí).
- –No te vayas sin leer estos artículos:
- –El SIBO
- –SIBO de metano
- –SIBO de hidrógeno
- –SIBO mixto
- –Inicio
- –Probióticos de última generación
Tabla de contenidos
Citas y referencias
¿Qué es el SIBO de sulfuro de hidrógeno?
Referencia: Pimentel, M., et al. (2020). A new IBS phenotype: Hydrogen sulfide producing intestinal bacteria. The American Journal of Gastroenterology.
Enlace: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/31971625/
Referencia: Rezaie, A., et al. (2017). Hydrogen and methane-based breath testing in gastrointestinal disorders: The North American Consensus. The American Journal of Gastroenterology.
Enlace: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/28071659/
2. Síntomas y Diagnóstico del SIBO de Sulfuro de Hidrógeno
Referencia: Rao, S. S. C., et al. (2020). Sulfur-reducing bacteria and hydrogen sulfide in IBS: Prevalence and relevance. Gut Microbes.
Enlace: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32877278/
Referencia: Quigley, E. M. M. (2020). Hydrogen sulfide and IBS—A new twist to an old tale. The Lancet Gastroenterology & Hepatology.
Enlace: https://www.thelancet.com/journals/langas/article/PIIS2468-1253(20)30236-6/fulltext
3. Relación entre el sulfuro de hidrógeno y la salud intestinal
Referencia: Furne, J., et al. (2001). Hydrogen sulfide production in the gut: Physiology and toxicology. American Journal of Physiology-Gastrointestinal and Liver Physiology.
Enlace: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/11352870/
Referencia: Carbonero, F., Benefiel, A. C., & Gaskins, H. R. (2012). Contributions of the sulfide-producing bacteria to gut microbiota. Gut Microbes.
Enlace: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/22468358/
4. Tratamientos del SIBO de Sulfuro de Hidrógeno
Referencia: Pimentel, M., et al. (2006). Rifaximin therapy for intestinal bacterial overgrowth. Annals of Internal Medicine.
Enlace: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/16461961/
Referencia: Gibson, P. R., & Shepherd, S. J. (2010). Evidence-based dietary management of functional gastrointestinal symptoms: The FODMAP approach. Journal of Gastroenterology and Hepatology.
Enlace: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/20659225/
5. Implicaciones del sulfuro de hidrógeno en la salud general
Referencia: Blachier, F., et al. (2010). Effects of sulfate-reducing bacteria on the colon: Potential health implications of sulfide production. Clinical Research in Hepatology and Gastroenterology.
Enlace: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/20060388/
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